Hace unos meses, en un taller que di, una persona me dijo “¿te puedo hacer una crítica constructiva?” y me eché a temblar.
Esto es como cuando alguien te dice “no quiero meterme donde no me llaman pero…”, ya pienso “¡pues si no quieres… igual no deberías hacerlo!”. Yo no llevo nada bien las críticas, por constructivas que sean. No sé si alguien lo lleva bien. Pero bueno, aunque de primeras no me gusten, suelo tenerlas bastante en cuenta y siempre influyen positivamente en mi forma de actuar.
Creo que es un tema que da mucho juego el de las críticas constructivas. Con decir que son constructivas, parece que eso ya le da permiso a quien nos las va a hacer para decir lo que le apetezca y no es así.
Por decir algo con mucha educación, no convierte el contenido en una crítica constructiva.
Volviendo a mi experiencia, cuando me hicieron esa crítica, lo hicieron unos minutos antes de que diera otro taller, lo cual provocó que ese taller lo diera en un estado de inseguridad bastante intenso. Más que construir, me dinamitó.

Así más o menos.
Igual hubiera sido más constructivo sin me lo hubiera dicho con más tiempo, porque realmente el contenido sí que podía tener esa intención, pero al no contar con tiempo para reorientar el taller, no había mucho que hacer.
A veces queremos hacer una crítica pero debemos preguntarnos que si quiero ser constructiv@, ¿es oportuno hacerlo en este momento? Porque si no lo es, igual lo queremos hacer por el simple hecho de criticar y de dar nuestra opinión y eso no es constructivo. Tiene que ver más con querer tener la razón, que con ayudar a la otra persona (y eso es más ego que otra cosa).
Cuando recibí aquella crítica, quise exponer las razones por las cuales yo había actuado como lo había hecho, pero a mi interlocutora, eso le sonó a ponerme a la defensiva. El hecho de que tú le pongas el apellido de “constructivo“ a algo que me dices (y que nadie te ha pedido la opinión), no significa que yo no pueda dar mi punto de vista. Hacerlo, tampoco supone una defensa ni un ataque. Es poderme expresar de la misma manera que lo estás haciendo tú sobre algo que yo he hecho.
Si queremos hacer críticas constructivas, tenemos que tener en cuenta los siguientes aspectos:
- La oportunidad. ¿Es un buen momento para hacerlo?
- La intención. ¿Lo hago por mejorar o por dejar clara mi postura y tener la razón?
- La humildad. ¿Creo que mi visión es la buena o estoy abiert@ a otros puntos de vista?
Existe una técnica, que la técnica del sándwich para hacer críticas constructivas. Consiste en decir una cosa positiva, luego lo que queremos que mejore y finalmente cerrar con otra cosa positiva. Si lo que queremos es que la persona a la que le hacemos la crítica mejore, con esta forma de hacerlo tenemos más posibilidades de que le suene a sugerencia o propuesta de mejora. De la otra manera, es más probable que perciba que toda la información que está recibiendo es negativa, porque solo le hablamos de lo que hace mal.