¿Por qué da tanto miedo ser sincero?

Está claro que decir la verdad es lo correcto, pero ¿por qué a la gente le cuesta tantísimo hacerlo? Hasta el punto de inventarse historias raras, liosas, ¿por qué da tanto miedo ser sincero? Confesar que has cometido un error, cuando engañas a tu pareja, cuando no cuentas las verdaderas razones de por qué acabas una relación…

¿Por qué es tan difícil ser sincero?

¿Por qué es tan difícil ser sincero?

Muy interesante este tema. “Decir la verdad es lo correcto”. No engañar nos hace sentir mejor que si engañamos, porque luego nos podemos sentir culpables, incoherentes o hipócritas. Normalmente el engaño suele tener una intención: evitar responsabilizarnos de nuestros actos, no admitir nuestros errores, no hacer daño a los demás, evitar un mal rato… Cuando mentimos en estos casos, suele ser para no afrontar algo menos agradable.

¿Te imaginas un mundo sin mentiras? La película “Increíble pero falso”, lo muestra. Aquí te dejo el trailer para que le eches un vistazo. ¿Son necesarias? ¿O viviríamos mejor sin ellas?

La falta de sinceridad está relacionada con:

  • La falta de madurez, porque no nos responsabilizamos de nuestros actos.
  • La falta de humildad, porque no admitimos nuestros errores.
  • La falta de autoestima, o un mal entendimiento de la misma por pensar que somos lo que hacemos y que si nos equivocamos, entonces valemos menos.
  • La falta de confianza en que el otro pueda gestionar la verdad que estamos ocultando, sobreprotegiéndole.
  • Falta de empatía y de respeto al otro.
  • Falta de asertividad.

Por otro lado está la falta de sinceridad con nosotros mismos, el autoengaño, que a veces trasladamos también a los otros. Es decir, tratamos de convencernos de algo, y lo hacemos, por extensión, con los demás.

Debemos partir de que la verdad como tal, es poco común. Quiero decir que hay tantas realidades como ojos observen, nada es verdad ni mentira, todo depende del ojo que lo mira. Y aunque esta frase está manidísima, sigue estando en vigor. Cada uno puede tener su versión de las cosas y es totalmente lícita. Otra cosa es que mi visión y la tuya sean tan diferentes que no tengamos nada que ver y prefiera estar menos tiempo contigo, porque los conflictos van a ser constantes desde la base. Esto sería no llevarse bien.

Por otro lado, está la sinceridad entendida como “suelto por mi boca todo lo que me parece en nombre de la sinceridad”. Ésta es la que menos me gusta, ya que te hace un incompetente social. Si no te piden opinión, no la des. No juzgues. No critiques. Porque le estás faltando el respeto al otro. A nadie le gusta que le juzguen. Si lo haces, es probable que la gente dosifique lo que te cuenta o el tiempo que pasa contigo. Esta es la sinceridad que duele. ¿Qué intención tenemos cuando somos sinceros así? Porque a lo mejor piensas que le estás haciendo un favor diciéndole a tu amiga que ese pantalón le sienta fatal, pero es que ella ya tiene ojos. Si se lo pone, es porque quiere. No mines su autoestima haciendo comentarios poco constructivos. Mira cómo se lía la cosa si empezamos a ser sinceros sin filtro en esta escena.

sinceridad

Otra cosa es que alguien te pida que seas sincero con respecto a algo, y no lo seas. Las razones de no serlo, creo que son las que he escrito más arriba. El cine nos facilita entender este tipo de conductas. Aquí te dejo el trailer de “La vida de nadie”, una película muy ilustrativa en este tema.

Conozco gente que miente muchísimo, incluso tengo relación con personas que mienten para todo, por sistema, en cosas sin importancia. También ocultan cosas más serias. ¿Por qué lo hacen? Se podría decir que es por tener mayor control sobre las cosas, dar menos explicaciones y sentirse más libres por no tener que justificarse ante los demás. Pero este tema es bastante complejo y probablemente haya muchas más explicaciones en cada caso.

Para terminar, me parece importante decir que somos dueños de nuestras palabras y que cuando hablamos de “verdad”, muchas veces pretendemos tener la razón y cuando nos obstinamos, no somos capaces de ver la verdad de los otros, por lo que creo que hay que tratar este término con menor contundencia.

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2 comentarios

  1. Seguro que sí. También porque vemos en nuestros mayores la mentira y de alguna manera la legitimamos, nos parece normal y justificado hacerlo. Y si hubiera menos tabúes, también facilitaría que habláramos de todos los temas con naturalidad y sin trampas. Muchas gracias por tu comentario.

  2. Hola Pilar;

    Creo que ya aprendemos ha mentir o a dar excusas de pqueños para evitar que nuestros padres (o adultos) se enfaden con nosotros, nos juzguen, nos repliquem… Si nuestros adultos educaran con más asertividad a sus niños, fueran más flexibles y les dieran más libertad, se podría evitar ese tipo de conductas.

    Muchas grácias por el tema, super interesante!!! 😉

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