¿Y si mi hij@ no aprende lo que debería estar aprendiendo?

Es posible que estos días os vengan dudas y temores a la cabeza como éste.

A nivel de sistema educativo, la verdad no tengo ni idea de cómo lo van a gestionar el curso que viene, pero de lo que yo os quiero hablar es del tema emocional.

Una cosa es lo académico y otra cosa es el aprendizaje. No siempre que se aprueba un examen, hay aprendizaje real. Y no siempre que se ha suspendido una signatura, significa que no haya habido aprendizaje.

Con “lo académico” me refiero a las notas, a las evaluaciones, a lo curricular… Yo estoy muy del lado del profesorado, pero bastante poco del lado del sistema educativo. Pero no ahora, este ha sido mi posicionamiento desde que estudié magisterio.

Creo que se lo curran mucho en general y se lo están teniendo que currar mucho ahora, sin tener nada claro que lo que estén haciendo sea efectivo, con la frustración que eso genera. Nuestro sistema educativo se sustenta sobre una base tan frágil que es fácil que se vea poco efectivo con un cambio como el que estamos viviendo.

¿Antes de la emergencia sanitaria aprendían todo lo que tenían que aprender? ¿O les pasaba como a mí de pequeña, que a pesar de sacar un sobresaliente en un examen, si me lo volvían a hacer una semana después, se me había olvidado todo?

Además de otras formas de falsear los resultados.

Todo nuestro sistema educativo gira en torno a la evaluación. Comprobar que se han adquirido los conocimientos de una forma objetiva es lo que condiciona todo lo demás. Cómo se dan las clases, qué trabajos se mandan, la metodología, los agrupamientos… Esto es como las clases del carnet de conducir: te enseñan a aprobar el examen, no a conducir.

Pero es que además, el tipo de evaluación, dista mucho de ser real. No podemos meternos en la cabeza de l@s estudiantes para ver si han aprendido o no. Existen un tipo de pruebas objetivas, que se supone que evalúan con objetividad, pero este criterio radica más en que quien las corrija quien las corrija, el resultado sea el mismo, más que en que midan con objetividad lo aprendido.

Sé que esto no va mucho con el tema de las emociones, pero es que antes de preguntarnos o temer si van a aprender o no, me parece importante reflexionar sobre lo que entendemos por aprender, desde el enfoque académico.

L@s crí@s aprenden lo que les es significativo, a pesar de todo. Lo que entienden, lo que ven con una aplicación práctica, lo que experimentan de forma vivencial, es inevitable que no lo aprendan (siempre que su cerebro funcione más o menos bien).

De hecho creo que si los contenidos de la escuela fueran más aplicables a la vida diaria o se trabajara directamente más por proyectos, aprenderían realmente más.

Si lo que temes es que dejen de aprender, eso no va a pasar. Van a aprender todo lo que esté a su alcance, eso sí, lo bueno y lo malo. Es un momento en el que les puedes enseñar un montonazo de cosas que sólo se pueden aprender en casa. Es un buen momento para dar ejemplo también.

Si temes que queden retrasad@s académicamente, creo que es algo que puedes dejar para más adelante, ya que no se sabe con certeza cómo se va a actuar el curso que viene.

Además, añadiría que se le debería dar menos importancia a lo académico y más a los valores, las actitudes, la madurez, las capacidades…

A veces olvidamos lo básico.

Tengo la sensación de que, igual que en el mundo adulto la carrera profesional es socialmente como algo súper importante. Dejando a un lado otras cosas, en la infancia y la adolescencia, se tienen como lo más importante lo académico y no creo que sea bueno en absoluto. Esta es otra consecuencia del modelos de crianza basado en la hiperpaternidad. Hay que cuidarlo todo y tener un mínimo de bienestar en todos los ámbitos.

No es un drama quedarte sin trabajo, ni lo es tampoco repetir curso. No son cosas a priori deseables, pero no son fatales.

Os dejo aquí una serie de cosas que se les puede enseñar a l@s hij@s estos días. Son tan o más importantes y necesarias para la vida como la ortografía, las fracciones o la geografía.

Que conste que para mí no es ridículo que la gente se moleste, pero con lo demás estoy de acuerdo.

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