La necesidad de ser productiv@s

Hace 40 días la vida nos dijo que parásemos, aunque ella seguía.

Muchas cosas me vienen a la cabeza con respecto a todo lo que estamos viviendo, sintiendo, experimentando, porque el tema da mucho de sí, pero me voy a centrar hoy en lo de hacer cosas.

Al principio de todo esto, me tomé esta situación como descanso sin culpa, ya que como trabajadora autónoma, me ha costado a prender a descansar. A veces podemos ser el peor jefe que hayamos tenido nunca.

Pero soy consciente de que he parado poco. He dejado de dar cursos, de hacer terapias, de dar charlas… Pero no he dejado de prepararme los cursos, de leer sobre los casos que estoy llevando, de escribir artículos, de publicar en las redes sociales, de pintar…

Es como si por una parte quisiera aprovechar a relajarme un poco, ya que como buena tauro soy bastante perezosa, pero por otra no pudiera dejar de aprovechar el tiempo porque me creí eso de tanto haces, tanto vales.

Este parón nos enfrenta con nuestra valía. Es igual que cuando una persona se queda sin trabajo. Muchas veces hay una bajada del ánimo ya que, al estar socializad@s en una sociedad capitalista, en la que ser productivo es un valor, nuestro trabajo nos define. Y si nos quedamos sin trabajo, nos quedamos sin identidad.

Es bueno que nos preguntemos en estos días qué es lo que le da sentido a nuestra vida. Una forma de hacerlo es evaluar cuánto de mal nos sentimos por no poder trabajar o no poder ser productiv@s. Otra, es ver cuántas cosas hacemos sólo por el placer de entretenernos.

Yo soy la primera que trato de ser productiva, aunque intento exigirme mínimos. Dos horas al día de “trabajo” (redes sociales, algún artículo como éste) me parecen más que suficientes (tengo tan poco trabajo por otro lado que si no me lo dosifico me quedaría sin pronto). Hace 5 años eso hubiera sido impensable. De hecho, entonces excepto el rato de comer y dormir, todo el rato tenía que estar destinado al trabajo, nunca era suficiente. Pero eso lo fui cambiando por salud mental. Gracias a ese cambio paulatino, creo que no me estoy volviendo loca en este tiempo. Por ejemplo, alguna cosa que me obliga hacer que solo me produce placer es echar partidas al Intelect yo sola. Otros ratos me los pego solo cantando.

Siempre gano.

Todo este tema tiene una base muy clara que es la autoestima. Si no produzco nada, ¿no valgo nada? Y a esto hay que añadirle el merecimiento. ¿Me merezco parar? ¿Descansar? ¿Dedicarme a cosas que simplemente me apetezcan? No estamos en esta vida para que la mayor parte del tiempo estemos siendo útiles.

A mí me encanta mi trabajo y es lo que más echo de menos, pero es importante diferenciar. ¿Lo echo de menos porque me siento mal si no trabajo o porque me siento mejor si lo hago? Lo suyo es que trabajar te sume, pero no que no hacerlo te reste.

Si te cuesta sobrellevar estos días porque no puedes trabajar, porque no puedes parar, porque tienes que estar haciendo todo el rato cosas, porque necesitas estar ocupad@ todo el tiempo, sería bueno que aprovechar esta oportunidad para exponerte a esto y ver qué pasa. Descubre qué mensajes vienen a tu cabeza, qué te dice tu mente. Quizás sientas un poco de ansiedad al hacerlo, pero déjala, si aguantas se pasará. Son estos momentos en los que podemos ver cara a cara a nuestros enemigos y plantarnos frente a ellos. Pero solo podemos hacerlo si sabemos quiénes son.

Marcar como favorito enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.