Las creencias son de lo más sagrado que tenemos. Es uno de los pocos lugares en los que no manda nadie excepto nosotr@s. Y tienen un gran poder sobre nuestros objetivos, nuestra vida, nuestro estado de ánimo y nuestra felicidad.
Bueno, eso de que no manda nadie… no es verdad del todo. De hecho, mandan todos… Las creencias se adquieren desde que nacemos, lo que nos dicen nuestros padres, lo que se nos transmite a través de la cultura, lo que creemos tras una experiencia traumática… De pequeños no tenemos herramientas ni criterio para detectar lo tóxico de algunas creencias y dejamos que todas se nos cuelen en el inconsciente, formando los cimientos de nuestro pensamiento lógico. En este vídeo lo explican muy bien.
Pero cuando somos mayores, es cuando debemos revisar esas creencias, porque son las que están condicionando nuestras emociones, pensamientos, conductas y sentimientos.
Me encanta poder decidir en qué creo o en qué no, lo que es importante o lo que no, y sacarle la lengua metafóricamente a alguno cuando pretende entra en mi zona de positividad y contaminarla con “su” verdad. ¡Que no! Que, te pongas como te pongas, voy a seguir creyendo que querer es poder, que la gente es buena mientras no se demuestre lo contrario y que por mucho que los Beattles “sea” un gran grupo, a mí no me gustan.
- Elijo no creer que pensando mal voy a acertar.
- Elijo no creer que valga más malo conocido que bueno por conocer.
- Elijo creer que no hay mal que por bien no venga.
- Elijo creer que a quien madruga dios le ayuda.
- Elijo creer que querer es poder.
- Elijo creer que todo sí se puede en esta vida.
- Elijo creer que yo sé, que yo puedo, que yo tengo y que soy capaz.
- Elijo creer que si lo puedo imaginar, se puede hacer.
Aquí os regalo unas cuantas:
- Todo va a mejorar mucho más de lo que esperas.
- Tu cuerpo es perfecto.
- Puedes ser lo que quieras ser.
- Has superado cosas peores que ésta.
- Lo mejor es lo que a ti te hace sentir mejor.
- Lo mejor es lo que tu instinto te dice que es lo mejor.
- Lo mejor es lo que te ayuda a estar bien.
- Lo mejor es lo que te permite ser feliz.
¡Y te puedes inventar todas las que tú quieras!