Nos morimos. La gente se muere. Se muere mucho. Muy cerca. Bastante joven. Y en poco tiempo.
En cosa de menos de dos meses, han llegado a mis oídos cuatro historias de cuatro personas jóvenes que en una semana, les han detectado alguna enfermedad y han muerto. A uno de ellos en menos tiempo, un ictus.
Estamos de paso, ya lo sé. Pero se me olvida todo el rato.
Cada vez que me agobio con las prisas, que me preocupo por mis cursos, que me desilusiono cuando publico un post y apenas tiene repercusión, me estoy olvidando de lo importante.
Cada vez que me mosqueo con un amigo, que me fastidia que me aprieten unos pantalones, que me fijo en un grano que me ha salido, se me está olvidando.
Cada vez que pienso que debería estar más lejos de lo que estoy, que me reprendo por haber metido la pata, que me angustio por la incertidumbre de este y otros proyectos de mi vida, me pierdo.
Este tema es recurrente en mí, no es la primera vez que escribo sobre esto, pero es que creo que debo recordarmelo y recordártelo.
Subestimamos la tranquilidad, la confundimos con aburrimiento. ¡Con lo buena, sana y necesaria que es! Despreciamos nuestra normalidad, lo que somos, lo que tenemos, ¡pobres ignorantes!
Nos quejamos siempre de algo, todo podría estar siempre mejor en nuestras mentes caprichosas… ¡MENTIRA! La realidad es sólo una, las cosas son como son, si quieres que sean de otra manera, mira a ver qué puedes hacer, pero no las desprecies ni las niegues, así no las mejorarás.
¡Hay tantas cosas cosas que agradecer, que valorar…! Para empezar, tu salud. Y ya no te hablo de cuando te mueras, te hablo de cuando seas más mayor y te duelan las rodillas o te falle la vista. Tu cuerpo es un potencial con muchas menos limitaciones de las que crees.
El aire que respiramos, el lugar en el que nos cobijamos, los seres queridos que nos rodean, el sol que sale cada día… Vivir donde quiera que vivas, su clima, su comida, su paisaje… Podría cambiar perfectamente de un día para otro, ¡valóralo hoy! Y si no te gusta, ¡vete! Sin excusas… Sólo se vive una vez, y luego te morirás y llegará un momento que nadie te recordará…
Y vivir no significa no comprometerse con nada ni tener una vida loca sin responsabilidades ni ser impulsivo o no pensar en las consecuencias de tus actos.
- Comprométete, pero sólo con lo que estés convencid@.
- Responsabilízate de ti y de tus actos, pero no de lo que esté fuera de tu alcance.
- No trates de controlar todo lo que sucede a tu alrededor, no dejes que el miedo te domine.
- Piensa antes de actuar, pero piensa bien, no sólo en los contras; hay muchos pros, el principal, intentar lo que sea que quieras conseguir.
- No te preocupes por CHORRADAS: por el qué dirán, por lo que debería ser y no es, porque no te ha dado tiempo en el día a hacer lo que te habías planteado, porque tu hijo sea desobediente, por lo que pueda pasar.
- No te montes películas, no supongas, no imagines, no inventes; lo que quieras saberlo, pregúntalo. Y si no obtienes respuesta, acepta que no lo puedes saber en el momento y punto.
- No dejes para mañana lo que quieras hacer hoy, prémiate, date caprichos. Hay muchas tonterías que nos hacen felices pero no encontramos el momento: si hoy te apetece merendar crêpes, ¡hazlo!
- Ríete: de ti, de tus dramas, de tus problemas, de tus inseguridades, de tus complejos, de tus miedos, hasta de lo más serio. Seguro que no es para tanto.
- Valora y agradece lo que tienes todos los días. O lo que no tienes: una carie, una citología, una hipoteca, una morrera, un vecino ruidoso, cucarachas en casa, una sesión de quimioterapia…
- Párate a pensar de vez en cuando lo bien que estás con respecto a cosas que temías en un pasado y o bien no sucedieron o no fueron para tanto: ¡estás preparad@ para eso y más!
- Valórate, trátate con cariño, con comprensión, eres únic@, no hay nadie como tú, ni lo ha habido ni lo habrá. Respétate. Eres dign@ de ser feliz.
- Recuerda que no eres ni más ni menos que nadie.
Creo que me voy a leer esto todos los días, porque aunque penséis que va para vosotr@s, estoy hablando de mí.
Muy bueno.
Se nos olvida todo el tiempo. Hasta recién leído esto.
Lo leeré con frecuencia.
Pingback: Que cuando acabe tu partida puedas decir "¡bien jugado!"
Pingback: Para cambiar las costumbres hay que cambiar las creencias
Pingback: Saber que vamos a morir nos facilita vivir mejor, ¿sabes cómo?
Pingback: No tardes demasiado en darte cuenta - bienpensar.com
Me encantan tus post, Pilar.
Ayudan a valorar las cosas realmente importantes
Bsssss
¡Muchísimas gracias, Laura!
Pingback: ¿Cuánto tiempo crees que te queda? - bienpensar.com
Pingback: Si quieres, puedes parar el tiempo. - bienpensar.com
Pingback: Empiezo a llevar mejor eso de fallar... - bienpensar.com
Grácias por este post, me ha encantado!!!!!
Voy a colgarlo en mi face!
Buenos días Pilar!!!!
Fantástica reflexión!!! Y excelentes consejos
VIVIR en mayúsculas
Graciaaaaasssss
Abrazo
¡Muchas gracias Eva! ¡A aplicarlos!
Cómo se nos olvida tan fácil y rápido cosas tan importantes?! Gracias por recordarme todo esto. Lo volveré a releer cada vez que el agobio o los pequeños contratiempos se me quieran volver a apoderar.
¡De nada! ¡Yo creo que haré lo mismo!
GRACIAS
Texto justo momento justo 😀
¡De nada! ¡Gracias a ti!