Qué perogrullada, ¿verdad?
Etiqueta: valorar
Cuando te sientes poco valorad@
Sentirse poco valorad@ es una emoción como otra cualquiera aunque no usemos la palabra que la designa con frecuencia: minusvaloración.
¿Cómo conseguir que tu hij@ sea/haga/quiera/le guste…?
Veo muchas publicaciones de este tipo y me parecen un poco peligrosas según cómo se interpreten.
Cuando sea vieja
Igual que se me olvida que me voy a morir, también se me olvida que probablemente seré vieja.
Quizá no nos pasa todo lo que deseamos, ¿pero y si nos sucede lo que necesitamos?
“Nuestro error es juzgar lo que la existencia pone delante de nosotros constantemente. Quizá no nos pasa todo lo que deseamos, ¿pero y si nos sucede lo que necesitamos?”
Albert Ureña
100 cosas que lograste ayer (y no te conozco de nada)
Como comenté en el post de la semana pasada, has logrado muchas cosas en tu vida. Aquí la lista de lo que lograste ayer.
¿Me ha servido estar agradeciendo 21 días los problemas que no tengo?
Hace unas semanas comencé el reto “Agradecer los problemas que no tengo”. Le llamé reto por ponerle un nombre, pero simplemente fue hacer tres agradecimientos diarios sobre problemas que no había tenido.
¿Por qué donde hay confianza da asco?
Ya escribí hace un tiempo sobre algo parecido, más que de amistades, hablaba de relaciones entre hermanos, que tienen mucho que ver con esto de los amigos de toda la vida. Amigos que no has escogido exactamente, sino que la vida te ha unido y que sigues manteniendo una relación porque hay vínculos que os unen.
¿Te has preguntado alguna vez cuántos de tus amigos de toda la vida, si los conocieras ahora, serían tus amigos? ¿Tendríais afinidad? Estoy segura de que algunos, hasta te caerían mal de primeras.
Creo que este es un poco el quid de la cuestión.
¿Quiero mejorar por mi bien o para ser más perfecta?
Pues está muy bien que te preguntes esto, porque dependiendo de la respuesta tendrás éxito o no.
¿Por qué? Porque de la intención que tengas, depende todo.
Porque cuando lo haces por tu bien, lo haces por ti. Y cuando lo haces para ser más perfecta, lo haces por los demás. Deja que te diga una cosa: perfecta, ya eres. Dejas de serlo cuando te comparas con los demás.
¿Y cómo saber si lo haces por una u otra razón? Pues a base de preguntas, auto observación y reflexión. Tirando del ovillo. Sólo tú tienes la respuesta. Eso sí, has de ser sincera contigo misma, muchas veces no nos gusta admitir que hacemos las cosas por agradar a los demás o para obtener su aprobación. Pero muchas veces lo hacemos por eso. Claro que a todos nos gusta que nos halaguen, gustar o, cuanto menos, que no nos critiquen. Pero el peligro es perder el norte de lo que queremos.
¿Tan difícil es creernos que ya somos perfectos? Según la Real Academia de la Lengua Española, hay dos definiciones de la palabra perfecto que nos pueden ilustrar: “Que tiene el mayor grado posible de bondad o excelencia en su línea” y “Que posee el grado máximo de una determinada cualidad o defecto”. Pues es que nosotros ya lo somos. ¿Por qué? Porque somos únicos, incomparables, genuinos, irrepetibles.
NI HAY, NI HA HABIDO, NI HABRÁ JAMÁS NADIE COMO TÚ.
QUE TE QUEDE CLARO.
Si quieres mejorar, que sea por ti, al margen de lo que les parezca a los demás.
Mejora, pero desde la aceptación de tus defectos. Incluso desde mirarlos con cariño y comprensión. Míralos con humor, trátalos con amor. Y podrás cambiarlos con mayor facilidad. O incluso puedes darte cuenta, de que a tus ojos, no están tan mal y decidir quedártelos.
Es una cuestión de tratarte bien. Porque mejorar es un proceso que requiere de cariño para contigo. Para empezar, porque seguro que no estás tan mal como crees. Porque simplemente por el hecho de que quieras mejorar, ya implica que tienes cierto nivel de autoevaluación y autoobservación, que te cuidas, vaya. Trabajo con personas constantemente que quieren mejorar y veo que tienen una visión de sí mismas o del problema a tratar peor de lo que yo percibo. Están mucho mejor de lo que creen, pero su visión de la situación es pesimista.
Este vídeo, que me gusta ver de vez en cuando, creo que puede ir muy bien para ilustrar este texto. Imaginarme dentro de 30 años, echando en falta mi fortaleza, mi salud, mi jovialidad, mi piel, mi agilidad, los seres queridos que ya no estarán… Me sirve para darme cuenta de que ahora ya tengo cosas que son irremplazables, importantes de verdad y eso me hace valorarlas y sentirme dichosa de disfrutarlas. Entonces me doy cuenta de que muchas cosas que “me faltan” son CHORRADAS. Mejorar está bien, pero lo que ya soy, lo que ya tengo, es suficiente para ser feliz.
Estar “mal” no le gusta a nadie, pero a veces hay que aprender a estar bien estando mal. Porque nada es tan grave, de todo podemos a prender, de todo podemos reírnos y todo pasa.
Darle la importancia justa a las cosas y no presionarnos demasiado es lo que nos va a dar al final, una mejor calidad de vida.
No olvides lo importante.
Se me olvida que me voy a morir
Nos morimos. La gente se muere. Se muere mucho. Muy cerca. Bastante joven. Y en poco tiempo.
En cosa de menos de dos meses, han llegado a mis oídos cuatro historias de cuatro personas jóvenes que en una semana, les han detectado alguna enfermedad y han muerto. A uno de ellos en menos tiempo, un ictus.