Hace poco escribí sobre lo que hacemos en el día a día para contribuir a la felicidad de l@s niñ@s. Pero unos meses después le he dado otra vuelta a este tema. Probablemente era lo que quería escribir en ese post anterior, pero a veces empiezo con una intención y acabo escribiendo otra cosa.
Lo que ahora quiero decir, es que una cosa es ver a tus hij@s felices en el día a día y otra, confundir que ese estado de felicidad, les va a conducir a un estado de felicidad futuro.

Que estas caritas no te confundan.
De esto no se puede deducir que para que sean felices en el futuro, tienen que ser infelices ahora. Pero sí que si queremos que sean felices en el futuro EN ESTE MUNDO, tendremos que enseñarles.
El mundo en el que vivimos la felicidad no es fácil de alcanzar. Pregúntate: ¿qué hace falta para ser feliz hoy en día? ¿Qué te viene a la cabeza?
Un momento, nos hemos saltado el paso de definir la palabra felicidad. No es un sentimiento de alegría perpetua ni la ausencia de problemas eh. La felicidad se define como “estado de bienestar subjetivo”. Es decir, para cada uno una cosa diferente. Yo lo veo más como un estado de tranquilidad, de calma.
Pero a fin de cuentas, diríamos que en la vida tienes un montón de oportunidades para no ser feliz. Al menos, la sociedad de consumo, la forma superficial que tenemos de vivir, eso nos quiere transmitir. Nos hace pensar en lo que no tenemos, no valorar lo que tenemos, darnos mal por casi todo, tomarnos las cosas de forma personal, venirnos abajo cada vez que algo no nos sale bien…
El mundo que nos rodea no es muy “friendly” para la salud mental. Entonces, o enseñas a tus hij@s a moverse adecuadamente en este mundo, o entonces seguro que no serán felices.
Ayúdales a valorar lo que tienen. No les hagas creer que las cosas les van a hacer felices. Enséñales a relativizar. Diles que los demás no les hacen cosas, sino que los demás hacen cosas y que ell@s pueden decir cómo tomárselas. Deja que se caigan y enséñales a levantarse.
Pero en este proceso te vas a encontrar con dos fuertes obstáculos. Uno será su frustración. No reaccionarán bien ante esas enseñanzas, pero créeme, a largo plazo darán resultado. Quizá no se corresponda lo que creías que iba a ser educar con esto, ya lo siento. No te dejes engañar por la apariencia de que no funcionan. Mantente fuerte y no decaigas.

No van a aceptar de buen agrado algunas cosas, pero no te dejes guiar tampoco por esta otra carita.
El segundo gran obstáculo serás las ganas de sobreproteger que te van a entrar. Porque esa frustración, puede que la interpretes como sufrimiento, pero de verdad que no lo es. Para que tus hij@s sean fuertes en el futuro, requieren de un entrenamiento. Y para ser feliz, hay que ser fuerte.

Con seguridad.
Otros obstáculos pueden ser la incomodidad, tu propia frustración o el ver que no es la tónica educativa habitual. En esos casos, te recomiendo que te leas este post o este otro, para salir de la crisis. Venir a alguno de mis cursos te puede ayudar también.
Pero no te engañes, para ser feliz en este mundo, hay que aprender a gestionar las cosas desagradables desde ya.