Aquí la duda de una madre sobre cómo gestionar el tema de lo que otras personas le regalan a su hija de un año.
“Sé que la gente cuando te quiere y quiere a tus hijos quiere demostrarlo de cualquier forma y una de ellas es comprando cosas o regalando cosas porque sí. Pero creo que todos (especialmente los niños) tenemos ya millones de cosas que no necesitamos como para ir añadiendo cosas a la larga lista… En mi caso me pasa que mucha gente de mi alrededor regala cosas a mi hija sólo porque muestra interés en algún objeto unos minutos. Es algo que me parece forzado, que no corresponde. Que no porque toque algo significa que hay que regalárselo.

Los niños empiezan a tener demasiadas cosas desde antes de nacer.
A quienes le agasajan con regalos, intento dejarles caer que queremos educarla en el valor de las cosas y que eso no siempre concuerda con tener todo lo que uno quiere cuando uno quiere…
También me pasa que le regalan tantas cosas, que nos dejan a nosotros sin nada con que sorprenderla… o sea, no lo he comprado ni 4 camisetas desde que nació porque estamos ahogados en ropa regalada…
¿Soy una desagradecida? Quizá el problema esté en mí…”.
Lo primero, muchas gracias por exponer este tema. Creo que a mucha gente le va a servir porque seguro que se siente identificada. Y más en previsión a las fechas venideras.
Personal y profesionalmente estoy muy de acuerdo con vuestra elección de no saturar a los niños con regalos y más, desde tan temprana edad. Por varias razones:
- Por enseñar el adecuado valor y disfrute de las cosas.

Cuando los regalos son habituales, pierden su valor.
- Porque no hace falta para demostrar el afecto.
- Porque no lo necesitan.
- Porque les estás transmitiendo que siempre que quieran algo lo tendrán.
- Porque un niño con muchos regalos no va a aprender a tolerar su frustración.
- Porque se puede demostrar el amor de otra forma y una de ellas, curiosamente, es respetando tu forma de educar.
¿Qué hacer?
- Es una realidad que hacer regalos materiales es una forma muy común de demostrar afecto y cariño. No es ni malo ni bueno. Es así. Es lo que hay. Es cuestión de aceptarlo.
- Si etiquetamos la realidad de “mala”, entramos en conflicto. Ojalá la gente fuera como nosotros queremos. O no.
- Es normal que te surjan estas dudas. No eres una desagradecida, pero te cansa tener que estar luchando contra la vorágine de regalos que estás recibiendo. Y eso es totalmente humano.
- No podemos escoger cómo los demás se comportan con nosotros, pero sí cómo reaccionamos ante ello.
- Creo que las acciones que has tomado son adecuadas. Pedirle a tus familiares que dosifiquen sus muestras de cariño a través de lo material, es muy sensato. Sobre todo, si explicas todo lo que aquí has expuesto: es una cuestión de educación pero también de que os dejen sorprenderla a vosotros.

Mantener la capacidad de asombro de los niños es muy beneficioso.
- Algunos te comprenderán y lo respetarán. Otros probablemente no lo compartan o les pueda tanto la costumbre, que no puedan remediarlo y sigan haciendo lo mismo.
- Piensa que la intención es buena en todos los momentos, eso te servirá para gestionar mejor la frustración que te genere el estar luchando en contra de tu alrededor para dar una buena educación a tu hija.
- Con que lo expliques a la gente de tu alrededor una vez, será suficiente. No porque vayan a hacerte caso, sino porque quien lo quiera entender, lo entenderá. Y quien no, pues no. Dar más explicaciones aumentaría tu cansancio y frustración.
- Y, en última instancia, siempre puedes hacer con los regalos lo que a TI te parezca oportuno.
Espero haberte sido de ayuda.
Pingback: ¿Por qué seguimos haciendo tantos regalos si sabemos que no es bueno?