Como habréis podido deducir, es lo que sentimos cuando nos faltan al respeto.
Aunque yo hasta hace poco no sabía que existiera esta palabra. Sobre emociones… ¡hay tanto que aprender…!
Es una emoción desagradable que nos da una información: no nos están tratando con dignidad. Cuando alguien te trata mal, de forma física, verbal o gestual.
En la siguiente clasificación aparecería dentro del grupo del miedo, más concretamente de la humillación. Aunque yo también creo que podría entrar dentro del grupo de la ira. Las clasificaciones admiten cierta flexibilidad.

¿La encontráis?
¿Para qué sirve?
Si partimos de que está ubicada en el grupo de la tristeza, podríamos entender que sirve para que nos demos cuenta del tipo de personas que tenemos a nuestro alrededor. Para que detectemos un mal trato y nos alejemos.
Si lo entendiéramos desde el grupo de emociones del enfado, serviría para provocar la reacción de fuerza que nos da la sensación de sentirnos injustamente tratad@s. También sirve para que defendamos nuestros derechos.
Como os he comentado otras veces, la variable de “cuánto de personalmente me tomo las cosas” influye mucho en la intensidad con la que siento esta emoción. Por ejemplo, si voy con una amiga a una reunión en la que no conozco a nadie y mi amiga se pone a hablar con alguien y no me presenta tengo dos opciones. Una, de no tomarme las cosas de forma personal que sería pensar que se le ha pasado o que en un momento u otro lo va a hacer. Y otra que es sentirme ofendida porque es imperdonable que no me haya presentado a esa persona.
Este tipo de elecciones las hacemos constantemente. Elegimos las creencias que tenemos hacia las cosas y ellas hacen que veamos la realidad de una forma u otra y por lo tanto que nuestras emociones sean más o menos intensas.
Dicho esto, continúo. Normalmente cuando nos faltan al respeto nuestra reacción puede ser de pasividad, de agresividad o de asertividad. ¿Cómo conseguir comportarnos de la forma más serena posible? Sabiendo que cómo nos tratan l@s demás no define ni lo que somos ni lo que valemos.
Algo puede ser una falta de respeto, pero yo no reacciono igual si me hiere en profundidad que si casi ni me importa. Ojo, que no quiero decir que si no te importa no hagas nada, pero eres más dueñ@ de tu comportamiento si no te sientes super herid@ en tu interior. Como siempre digo, a menos intensidad en la emoción, mayor facilidad para gestionarla.
No es lo mismo sentir irrespeto desde el ego que desde la autoestima. Desde el ego nos sentimos profundamente humillad@s y entendemos como absolutamente intolerable la forma en que nos han tratado. De alguna manera entendemos que lo que l@s demás dicen de nosotr@s, nos define. Sin embargo, desde la autoestima sabemos que eso no es así. Si yo tengo un solo conocimiento de mí misma, una falta de respeto me va a molestar, pero ya no me va a tambalear tanto y voy a poder ser más dueña de mi reacción.

Unos apuntes sobre el ego.
Dejar claro el trato que esperamos de l@s demás nunca está de más, aunque creamos que no es necesario. Decir las cosas, las facilita, no decirlas, las dificulta. Actuar de forma respetuosa con un@ mism@ y con l@s demás deja claro cuáles son nuestros valores y marca unos mínimos de lo que entendemos por dignidad.