La palabra ego la tenemos incluida en nuestro lenguaje cotidiano, pero como otras tantas del mundo del comportamiento, muchas veces no se usa adecuadamente.
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La palabra ego la tenemos incluida en nuestro lenguaje cotidiano, pero como otras tantas del mundo del comportamiento, muchas veces no se usa adecuadamente.
A veces metemos todo lo que nos desagrada dentro del mismo saco: el saco de los problemas. Pero no tiene por qué ser así. Hay quien define la palabra problema como todo aquello que no se adapta a sus expectativas. Pues bien, aquí hay una forma de rebajar la cantidad de problemas que puedas tener: haciendo tus expectativas más realistas.
El otro día me llamaron para ofrecerme un puesto de trabajo. La empresa en cuestión era del ámbito de la inteligencia emocional.
Parece ser que tener problemas personales con el jefe es la primera causa de abandono de un trabajo estable. Interesante…
Puede ser…